Aléjate del vudú (Arathi, parte I)


El rol continúa en Arathi y con o sin intención los pocos miembros que se van uniendo al grupo que más tarde se convertirá en El Sigilo están trayendo consecuencias al lugar. Ya os hemos contado una pequeña historia del bando de los humanos y ahora os contaremos la historia de estos trolls y su camino, que pronto se cruzará con el nuestro.


Sus ojos estaban paralizados ante la imagen devastadora que presenciaban. Sus músculos se agarrotaron cuando quiso dar un paso, sus voz desapareció cuando quiso gritar dejando tan solo salir una larga bocanada de aire que puso su cuerpo al límite de la desesperación, y cuando pensaba que iba a morir sin más voz que la suya resonando en su mente, despertó, haciendo que el frío desolador que se había instalado en el aire de aquellas tierras se sintiese como mil agujas atravesándole los pulmones.

Miró a su alrededor y se llevó la mano al pecho que parecía tener vida propia al latir agresivamente. Aunque sabía donde estaba, le reconfortó reconocer las pieles que formaban su tienda y detectar el movimiento de las sombras de la guardia que se mantenía cerca del camino, se incorporó con rapidez y tan solo con el taparrabos y su hacha salió de allí, sabía donde tenía que dirigirse.

-De'jame solo, te'go que habla' co' el.

Aunque varios hicieron el amago de querer seguirlo, sabían que no debían desobedecer y que además, cualquier cosa era mejor que ir hacia el vudú, así que se mantuvieron en sus puestos preguntándose qué sabía o qué habría visto él, para tener tan claro su camino.

Las pisadas se escuchaban pesadas en el camino aún cuando solo partían pequeñas ramitas o revolvían la tierra bajo sus pies, él se mantenía con la espalda más curvada ahora que sabía que caminaba solo, tratando de aclarar su mente del nefasto sueño y aplacar su corazón inquieto, debía mostrar entereza. Se detuvo un instante antes de subir la cuesta de allá donde iba y entonces, como si supiese a quién iban a recibir, los tambores resonaron graves y constantes y aunque quizás se lo imaginó, le pareció ver que las antorchas que iluminaban el camino ardían con más fuerza aún e incluso, sentía como si estas tuvieran vida propia y le observasen e invitasen a seguir el camino.

Las cicatrices, marcas y arrugas de su cara se volvieron más pronunciadas a medida que ascendía a aquel sitio.Cuando llegó a la puerta la percusión se detuvo y para cuando entró, tan solo una hoguera y a quien iba a ver lo esperaban, pesándole mucho al saber, que aquel hechicero había esperado mucho ese momento.

-E'h vudú no e' sie'pe pa' mal, he'mano. Mucho ma' pode'osa hubiese si'o tu t'ibu si hubieseh e'cuchao mis palab'as a'tes. Lo' Loa ha' te'minao de mi pa'te most'andote lo que t'han most'ao-aunque la penumbra cubría todo lo demás, en su rostro oscilaban la luz y las sombras como una suave caricia que no hacía más que resaltar la función de aquel troll- Ven, sié'tate. Hablemos co' ellos, nos di'án que haceh.

Habiendo pasado lo que había pasado, sabía que no tenía nada que decir ni que aquel hechicero no supiera ya. En su mente se instaló un leve sentimiento de tranquilidad al tomarse esto como una señal de que con vudú o sin él, estaba haciendo lo correcto.

Sin moverse del sitio, las manos del hechicero se deslizaron entre las sombras buscando algo a su lado. Una poco tardó en extenderse y esparcir algo al fuego que por momentos hacía variar su color haciendo que un leve humo los rodease y cuando la tuvo libre, de la otra dejó caer unos huesos que sostuvo entre ambas sin quitarle la vista de encima al líder de la tribu.

-¿E'tas segu'o de que quie'es pregu'tarles la' so'ución? Su palab'a se tié que cu'plir-irguió levemente la espalda para aprovechar las sombras y que estas ocultasen su rostro hasta la respuesta.

-La pala'bra de lo' Loa se cu'plirá, ello son nuet'os guías y su cometi'o se'á cu'plío-lo dijo con el tono de un juramento, como lo había dicho tantas veces antes cuando había interpretado sus señales. Su devoción era absoluta pues toda su vida había sido regido por sus enseñanzas y su guía. y ni con la peor de la situaciones sería capaz de abandonar su fé o dudar de sus designios.

Aún bajo el amparo de las sombras, una sonrisa curvada y un brillo de triunfo se instaló en el rostro del que había esperado tantos años para tener a merced a quien más le había obligado a mantenerse alejado de los suyos. Para cuando su cuerpo volvió a tomar su postura habitual la expresión ya había desaparecido y en su lugar, tan solo estaba la más absoluta concentración mezclada por el efecto de la esencia del humo que lo llevaría a otro estado para escuchar más claramente la voz de sus dioses o aquel que decidiera hacerse escuchar.

Dejó que los huesos estuvieran todos en una mano y con la otra tomó una pequeña pemba blanca con la que dibujó varios símbolos en los que destacaban cuatro, cuando terminó cerró todo con un círculo y mientras sostenía y movía durante varios segundos los huesos entre sus manos, comenzó a recitar un canto en su idioma que hasta a los propios trolls les costaría entender.Cuando los dejó caer, todos excepto uno cayeron en uno de los símbolos y los ojos del que preguntaron se entrecerraron lentamente al ver la claridad y rapidez de la respuesta.

-Lo' Legba e'tan aquí y nos ha' dao una respue'ta clara. La t'ibu ha de p'epara'se pa' que tú e'cuches el me'saje, tien cosas que most'a'te y que solo tu pue'es ver-señalaba la zona en la que más había huesos- Lo' que du'en, se'an sacrifica'os y mient'as que du'e el ritual, tú debe'as luchar con tus du'as y sus enseña'zas, aleja'o de to' lo que pase. Tú co' ellos y ellos co'tigo-al decir esto último señalaba el símbolo de la unión espiritual y la revelación, en la que solo había un solitario hueso-¿Ties cla'o lo que ties c'hacé'?

El líder que había estado en silencio centrando su atención en los huesos, los símbolos y el fuego sintió como si una pequeña descarga de electricidad le devolviese la vida a su cuerpo y ante lo ocurrido, los Loas se hubiesen llevado todo el pesar, cansancio y desgracia que había llevado consigo al entrar allí, las palabras del hechicero se le antojaron proféticas y asintió sin un atisbo de duda.

-La pala'bra de lo' Loa se cu'plirá, ello son nuet'os guías y su cometi'o se'á cu'plío-volvió a repetir- So'o dime que te'go que hace'.

A medida que el brujo le iba indicando cual eran las pautas a seguir, en su mente iba apuntando cual era las órdenes que tenía que dar. Cuando le dijo todo lo necesario salió de allí sintiendo que una dura carga había sido dejada en la cueva y que en el camino que le habían designado no habría lugar para el fracaso.

Incluso el astro rey que ya asomaba sus cabellos de fuego por el horizonte, le parecía más hermoso y al sentir su leve pero cálida caricia en su rostro fue como si su fuerza y seguridad fuesen renovadas con más ahínco si cabe.

En cuanto llegó al campamento la mayoría de trolls estaban ya despiertos, expectantes y confusos ante los rumores que rápidamente se habían propagado.

-Levantad a lo' demás, lo' Loa no s'han habla'o-esperó a que estuvieran todos para proseguir- E'ta noche he soña'o que to'os nosot'os e'tabamos mue'tos po' lo' humano y que ni siquie'a teníamo' la opo'tunidá de defende'nos, ac'ibilla'os, asesina'os como si fue'semo animales. Vuest'os cocos e'an co'gados en lo' a'boles de lo' camino y ent'adas de Arathi y yo, fui te'tigo de to'o eso-los miraba orgulloso y sin un atisbo de duda en su voz- Pe'o tan solo e'a un sueño, he'manos. Un aviso de nues'tos Loa, un me'saje que he podi'o ve' a tiempo.


Cuando sus dioses fueron nombrados el brillo apareció en la mirada de muchos ,pero también en otros la duda de esas señales al haber sido interpretadas por quien lo habían sido. El vudú seguía siendo el vudú para muchos y lo mejor era alejarse de él...

Autor : El Sigilo ~ Blog de la Hermandad El Sigilo

Articulo Aléjate del vudú (Arathi, parte I) publicado por El Sigilo el día domingo, 17 de noviembre de 2013. Esperamos que este articulo sea de tu agrado, nos interesa saber tu opinión, así que por favor ¡Comenta! y muchas gracias por pasarte por aquí 0 Comentarios : del post Aléjate del vudú (Arathi, parte I)
 

0 comentarios:

Publicar un comentario