El rol continúa en Arathi y con o sin intención los pocos miembros que se van uniendo al grupo que más tarde se convertirá en El Sigilo están trayendo consecuencias al lugar. Ya os hemos contado una pequeña historia del bando de los humanos y ahora os contaremos la historia de estos trolls y su camino, que pronto se cruzará con el nuestro.
Sus ojos estaban paralizados ante la imagen devastadora que presenciaban. Sus músculos se agarrotaron cuando quiso dar un paso, sus voz desapareció cuando quiso gritar dejando tan solo salir una larga bocanada de aire que puso su cuerpo al límite de la desesperación, y cuando pensaba que iba a morir sin más voz que la suya resonando en su mente, despertó, haciendo que el frío desolador que se había instalado en el aire de aquellas tierras se sintiese como mil agujas atravesándole los pulmones.
Miró a su
alrededor y se llevó la mano al pecho que parecía tener vida propia
al latir agresivamente. Aunque sabía donde estaba, le reconfortó
reconocer las pieles que formaban su tienda y detectar el movimiento
de las sombras de la guardia que se mantenía cerca del camino, se
incorporó con rapidez y tan solo con el taparrabos y su hacha salió
de allí, sabía donde tenía que dirigirse.
-De'jame solo,
te'go que habla' co' el.
Aunque varios
hicieron el amago de querer seguirlo, sabían que no debían
desobedecer y que además, cualquier cosa era mejor que ir hacia el
vudú, así que se mantuvieron en sus puestos preguntándose qué
sabía o qué habría visto él, para tener tan claro su camino.
Las pisadas se
escuchaban pesadas en el camino aún cuando solo partían pequeñas
ramitas o revolvían la tierra bajo sus pies, él se mantenía con la
espalda más curvada ahora que sabía que caminaba solo, tratando de
aclarar su mente del nefasto sueño y aplacar su corazón inquieto,
debía mostrar entereza. Se detuvo un instante antes de subir la
cuesta de allá donde iba y entonces, como si supiese a quién iban a
recibir, los tambores resonaron graves y constantes y aunque quizás
se lo imaginó, le pareció ver que las antorchas que iluminaban el
camino ardían con más fuerza aún e incluso, sentía como si estas
tuvieran vida propia y le observasen e invitasen a seguir el camino.
Las cicatrices,
marcas y arrugas de su cara se volvieron más pronunciadas a medida
que ascendía a aquel sitio.Cuando llegó a la puerta la percusión
se detuvo y para cuando entró, tan solo una hoguera y a quien iba a
ver lo esperaban, pesándole mucho al saber, que aquel hechicero
había esperado mucho ese momento.
-E'h vudú no e'
sie'pe pa' mal, he'mano. Mucho ma' pode'osa hubiese si'o tu t'ibu si
hubieseh e'cuchao mis palab'as a'tes. Lo' Loa ha' te'minao de mi
pa'te most'andote lo que t'han most'ao-aunque la penumbra cubría
todo lo demás, en su rostro oscilaban la luz y las sombras como una
suave caricia que no hacía más que resaltar la función de aquel
troll- Ven, sié'tate. Hablemos co' ellos, nos di'án que haceh.
Habiendo pasado lo
que había pasado, sabía que no tenía nada que decir ni que aquel
hechicero no supiera ya. En su mente se instaló un leve sentimiento
de tranquilidad al tomarse esto como una señal de que con vudú o
sin él, estaba haciendo lo correcto.
Sin moverse del sitio, las manos del
hechicero se deslizaron entre las sombras buscando algo a su lado.
Una poco tardó en extenderse y esparcir algo al fuego que por
momentos hacía variar su color haciendo que un leve humo los rodease
y cuando la tuvo libre, de la otra dejó caer unos huesos que sostuvo
entre ambas sin quitarle la vista de encima al líder de la tribu.
-¿E'tas segu'o de que quie'es
pregu'tarles la' so'ución? Su palab'a se tié que cu'plir-irguió
levemente la espalda para aprovechar las sombras y que estas
ocultasen su rostro hasta la respuesta.
-La pala'bra de lo' Loa se cu'plirá,
ello son nuet'os guías y su cometi'o se'á cu'plío-lo dijo con el
tono de un juramento, como lo había dicho tantas veces antes cuando
había interpretado sus señales. Su devoción era absoluta pues toda
su vida había sido regido por sus enseñanzas y su guía. y ni con
la peor de la situaciones sería capaz de abandonar su fé o dudar de
sus designios.
Aún bajo el amparo de las sombras, una
sonrisa curvada y un brillo de triunfo se instaló en el rostro del
que había esperado tantos años para tener a merced a quien más le
había obligado a mantenerse alejado de los suyos. Para cuando su
cuerpo volvió a tomar su postura habitual la expresión ya había
desaparecido y en su lugar, tan solo estaba la más absoluta
concentración mezclada por el efecto de la esencia del humo que lo
llevaría a otro estado para escuchar más claramente la voz de sus
dioses o aquel que decidiera hacerse escuchar.
Dejó que los huesos estuvieran todos
en una mano y con la otra tomó una pequeña pemba blanca con la que
dibujó varios símbolos en los que destacaban cuatro, cuando terminó
cerró todo con un círculo y mientras sostenía y movía durante
varios segundos los huesos entre sus manos, comenzó a recitar un
canto en su idioma que hasta a los propios trolls les costaría
entender.Cuando los dejó caer, todos excepto uno cayeron en uno de
los símbolos y los ojos del que preguntaron se entrecerraron
lentamente al ver la claridad y rapidez de la respuesta.
-Lo' Legba e'tan aquí y nos ha' dao
una respue'ta clara. La t'ibu ha de p'epara'se pa' que tú e'cuches
el me'saje, tien cosas que most'a'te y que solo tu pue'es
ver-señalaba la zona en la que más había huesos- Lo' que du'en,
se'an sacrifica'os y mient'as que du'e el ritual, tú debe'as luchar
con tus du'as y sus enseña'zas, aleja'o de to' lo que pase. Tú co'
ellos y ellos co'tigo-al decir esto último señalaba el símbolo de
la unión espiritual y la revelación, en la que solo había un
solitario hueso-¿Ties cla'o lo que ties c'hacé'?
El líder que había estado en silencio
centrando su atención en los huesos, los símbolos y el fuego sintió
como si una pequeña descarga de electricidad le devolviese la vida a
su cuerpo y ante lo ocurrido, los Loas se hubiesen llevado todo el
pesar, cansancio y desgracia que había llevado consigo al entrar
allí, las palabras del hechicero se le antojaron proféticas y
asintió sin un atisbo de duda.
-La pala'bra de lo' Loa se cu'plirá,
ello son nuet'os guías y su cometi'o se'á cu'plío-volvió a
repetir- So'o dime que te'go que hace'.
A medida que el brujo le iba indicando
cual eran las pautas a seguir, en su mente iba apuntando cual era las
órdenes que tenía que dar. Cuando le dijo todo lo necesario salió
de allí sintiendo que una dura carga había sido dejada en la cueva
y que en el camino que le habían designado no habría lugar para el
fracaso.
Incluso el astro rey que ya asomaba sus
cabellos de fuego por el horizonte, le parecía más hermoso y al
sentir su leve pero cálida caricia en su rostro fue como si su
fuerza y seguridad fuesen renovadas con más ahínco si cabe.
En cuanto llegó al campamento la
mayoría de trolls estaban ya despiertos, expectantes y confusos ante
los rumores que rápidamente se habían propagado.
-Levantad a lo' demás, lo' Loa no
s'han habla'o-esperó a que estuvieran todos para proseguir- E'ta
noche he soña'o que to'os nosot'os e'tabamos mue'tos po' lo' humano
y que ni siquie'a teníamo' la opo'tunidá de defende'nos,
ac'ibilla'os, asesina'os como si fue'semo animales. Vuest'os cocos
e'an co'gados en lo' a'boles de lo' camino y ent'adas de Arathi y yo,
fui te'tigo de to'o eso-los miraba orgulloso y sin un atisbo de duda
en su voz- Pe'o tan solo e'a un sueño, he'manos. Un aviso de
nues'tos Loa, un me'saje que he podi'o ve' a tiempo.
Cuando sus dioses fueron nombrados el
brillo apareció en la mirada de muchos ,pero también en otros la
duda de esas señales al haber sido interpretadas por quien lo habían
sido. El vudú seguía siendo el vudú para muchos y lo mejor era
alejarse de él...
0 comentarios:
Publicar un comentario