Día 62
¡Ja! ¡Soy tan sigiloso como un
felino!. Al contrario que ellas, que parece ser que han descubierto
la identidad de una...Aunque pronta fue la solución con ese elfo...
Creo que está... Prisionero, sí. O algo así, aunque no encuentro
mucho sentido a que les enseñase “eso”. Si viesen realmente las
cosas que hemos visto mis pulgas y yo en mi mundo...
Bueno, ellas realmente tampoco le
dieron mucha importancia a simple vista, aunque las vi cuchichear. Me
gusta mucho mi apariencia, aunque para estas cosas tiene sus
inconvenientes.
Al fin mis esfuerzos y prácticas con
la invisibilidad han tenido sus frutos, allá en mi nido siempre
decían que de nada me serviría aprender a esconderme porque siempre
habría alguien superior que terminaría encontrándome, pero... ¡Le
he dado una utilidad mayor!
He estado planteándome un
inconveniente con toda esta situación, quizás a consecuencia de la
isla y su extraño influjo y energía me he centrado demasiado en
“desaparecer” para esas tres, pero a mis pulgas y a mi nos da la
impresión de que en ocasiones SI nos ven brevemente, pero otras
personas. ¿Estarán ahí realmente? ¿nos ven? si lo hacen, parecen
no reparar demasiado en mi. Eso nos parece bien.
Hemos vuelto a Tierras del Este (lo he
visto en su mapa) y no me gusta este lugar, está lleno de verde y
casas rotas, aquí no hay nada divertido; ¿a quién se le ocurre
poner una cama colgada de dos cuernos enormes? Eso no es cómodo ni
es nada.
Se han hecho con varias personas de
distintas razas, pero casi todos hombres. Esto me ha hecho recordar
aquella vez que en mi “casa” pudimos ver el complejo ritual de un
brujo que reclutó varias mujeres y hombres para un sigilo específico
para tener a su servicio a una súcubo superior, seguramente estén
planeando algo de eso...
¡Ah! Cada día que pasa y las voy
conociendo más, me da la impresión de que una de ellas no tiene la
capacidad de invocar esbirros, a menos esbirros ,menos riesgo de que
puedan detectarme. Me alegra esto, pero de todas maneras aún no
consigo descubrir que es lo que me inquieta de una de ellas y el por
qué, aunque podría detectarme, no repara en mi. También podría
ser que soy demasiado bueno... je.
Lo que se seguro, es que poco a poco
las voy conociendo más y más y a su entorno, y cada día aprendo
algo nuevo, espero que no nos quedemos mucho aquí. Hacen menos cosas
y me aburro, aunque fue divertido ver el momento en el que el
prisionero se quedaba petrificado a pocos centímetros de ella,
espero seguir pasando desapercibido, que creo que necesitan algo de
los míos y no creo que sea poco...
¡Mis pulgas y yo seguiremos
investigando!
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